Tácticas mentales para mejorar el rendimiento físico

Cerebro y mano.

Existen diferentes técnicas mentales para mejorar el rendimiento físico, bien sea en nuestras actividades cotidianas como en el deporte existen múltiples y variadas. Sin embargo, todas coinciden en que para lograrlo debemos ejercitar el cerebro.

El cerebro es el órgano más importante a la hora de mejorar nuestra salud y rendimiento mental, por lo que requiere cuidados y entrenamiento como el resto del cuerpo. Sabemos además que no existen límites a la hora de aprender y desarrollar capacidades.

Así como el cuerpo puede adaptarse a diferentes condiciones medioambientales, el cerebro es quien dirige los movimientos neuronales, por decirlo de forma sencilla para lograrlo. El entrenamiento mental es el mayor recurso con el que contamos para mejorar nuestros procesos mentales.

Entrenar nuestro cerebro, o mejor dicho nuestras capacidades cognitivas, es semejante a entrenar nuestro cuerpo. Por lo que, todo reto en la búsqueda de un mejor y mayor rendimiento físico. 

Empieza por salirnos de nuestra zona de confort, requiere un esfuerzo, hacer el trabajo de forma gradual, con constancia, dedicación, para hacer de ello un hábito o rutina que nos llevará a optimizar cada día más, dependiendo obviamente de los objetivos que quieras alcanzar.

Algunas actividades de entrenamiento mental son:

Practicar un deporte o actividad física: realizar algún deporte o actividad física como caminar, stretching o yoga al menos 30 minutos diarios, brindan a nuestro cerebro oxígeno, ya que la respiración en el ejercicio aeróbico beneficia las capacidades cerebrales.

Entrenar la memoria de trabajo: para estimular las capacidades cognitivas debemos ejercitar la memoria de trabajo. Consiste en hacer ejercicios visuales o auditivos que contienen alguna secuencia específica y requieren de nuestra atención plena para poder memorizar. Así es como al retener la información reciente por un periodo de tiempo, podemos compararla con la información actual.

Retos o salir de tu zona de confort: simplemente no debemos jamás dejar de aprender durante toda la vida, de manera que no debemos conformarnos con lo que ya sabemos sino retarnos a nosotros mismos a hacer cosas nuevas que supongan un reto mental, con la finalidad de mantener la neuroplasticidad. Motivarnos a hacer sopas de letras, sudoku, ajedrez etc.

–  Cultivar la lectura: cuando leemos entrenamos nuestra mente y estimulamos de manera activa y beneficiosa el cerebro, específicamente la corteza cerebral porque al leer se producen diferentes procesos mentales como percepción, memoria y razonamiento.

Vivir en un ambiente enriquecido: cuando decimos ambiente enriquecido nos referimos a un ambiente lleno de diferencias, de retos, de color, de cambios que estimulen constantemente nuestra mente que nos brinda información nueva cada día y donde debemos ejercitarnos física y mentalmente para lograr desarrollar nuestra capacidad de adaptación.

Desarrollar tu creatividad: la creatividad es una de nuestras mayores capacidades cognitivas no se trata de ejercitar o entrenar la mente a través de ejercicios de cálculo, de flexibilidad mental, de memoria. Sino de hacer actividades que nos ayuden a desarrollar la creatividad puesto que esto nos permitirá a su vez tener mayor resiliencia y flexibilidad ante los cambios de la vida. La pintura, la danza, la música o el teatro son algunos ejemplos de lo que podemos hacer para ser más creativos.

–   Aprender otros idiomas: aprender un idioma es una excelente manera de entrenamiento mental, desde aprender tu lengua madre como aprender otro idioma completamente nuevo, supone ejercitar una de las funciones superiores más complejas, la cual involucra mayor cantidad de áreas de la corteza cerebral.

Conclusión

Para mejorar nuestro rendimiento físico y mental, es fundamental entrenar nuestro cerebro con la misma dedicación que empleamos en el entrenamiento corporal.

A través de técnicas como la actividad física, el entrenamiento de la memoria, el desarrollo de la creatividad y el aprendizaje continuo, podemos mantener nuestra mente activa, flexible y capaz de enfrentar retos.

El cerebro, con su infinita capacidad de adaptación, responde positivamente a estímulos que lo desafíen, ayudándonos a optimizar no solo nuestras capacidades cognitivas, sino también nuestro rendimiento en el día a día.

En resumen, cultivar una mente en constante desarrollo es clave para alcanzar un equilibrio integral entre cuerpo y mente, y mejorar nuestra calidad de vida.

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