Es normal que, como seres humanos, tengamos que preferir quedarnos en nuestra zona de confort. Esto hace que muchas veces no logremos ser constantes cuando nos proponemos algo. En este caso una meta fitness. Sin embargo, aunque dentro del deporte no exista una regla mágica para lograr ser constantes con nuestros entrenamientos, si tenemos algunos trucos que te pueden ser útiles.
Lo primero es poder encontrar una actividad física que nos permita disfrutarla. Si es el caso de la escalada, no es necesario que vengas al rocódromo cada día, pero sí es importante que te motives lo suficiente al menos dos o tres veces por semana. Con el paso del tiempo, esa motivación se convertirá en disciplina y así irás sumando más días entrenos y un mayor disfrute de tu deporte favorito.
¡No te limites! Existen muchas maneras de mantener activo nuestro cuerpo. Así que, sigue probando diferentes alternativas hasta que encuentres la actividad que más te guste y que más disfrutes.
A partir de este momento, es muy importante que puedas trazar unos objetivos reales. Es decir, no puedes pretender pasar del sedentarismo a entrenar cada día de la semana. Así que, escribe en tu calendario qué día de la semana puedes venir a entrenar y ve, poco a poco, acostumbrando a tu cuerpo a los entrenamientos y a las agujetas para poder mantener un ritmo sostenible en el tiempo.
Es muy importante que seas realista porque unos objetivos reales te permitirán seguirte motivando para que cada semana des tu 100% en cada entrenamiento y más. Así, podrás ir incrementando la intensidad y cantidad de los entrenamientos y ver crecer tu constancia y compromiso con el deporte.
Un beneficio que te aporta este método es la recompensa positiva de haber realizado lo que te has propuesto una y otra vez. ¡No hay prisa! Tu tiempo es tuyo y está bien ir paso a paso, pero sin parar. Tu motivación, emociones y rendimiento físico deben ir de la mano. No te presiones más de la cuenta.
Hasta a los más grandes les pasa que en algún momento de su preparación en los entrenamientos quieren tirar la toalla. Así que, en esos momentos gracias a la constancia y a tu trabajo duro podrás mantenerte y sobrevivir a esos días de desmotivación para volver al día siguiente con más fuerza y ganas de seguir adelante y lograr ese objetivo que tanto añoras.
Tus entrenamientos deben empezar con una intensidad media baja hasta que le cojas el ritmo. Esto es muy importante para que puedas mantener tu ánimo y motivación hasta que logres la constancia que necesitas para atravesar los entrenamientos que, en un futuro, te costará un poco más. Además, de esta manera, podrás evitar lesiones y así cuidar tu cuerpo.
Por otro lado, es necesario que te centres en cómo mejorar tu rendimiento cuando estás empezando y no tanto en tu físico. Esto es porque tu cuerpo puede empezar a tener resultados visibles a medio-largo plazo, pero en cambio podrás ver la diferencia de tu rendimiento a corto-mediano plazo. De esta manera podrás mantener tu foco de motivación sin pensar en la báscula.
Lo cual nos lleva al siguiente truco: No te peses. Pesarnos siempre puede llegar a jugar una mala pasada en nuestra cabeza y desmotivarnos si nos vemos una evolución positiva cada vez que lo hacemos. Por lo que, solo te recomendamos besarte una vez al mes, a la misma hora y el mismo día de la semana.
Ahora bien, no siempre mantendremos nuestros niveles de motivación al máximo. Por lo que, es muy importante que no está constancia esté de la mano con un factor externo que nos motive. Esto puede ser entrenar con un amigo o con una amiga. Inclusive con un familiar.
La mejor manera de obligarte a seguir tus objetivos cuando estás haciendo ejercicio y así mantenerte, es encontrar a una persona que te apoye dentro de este proceso. De igual manera en el sentido contrario. Si esa persona no te falla ti, tú a ella y así ambos podrán motivarse para llegar a la meta.
Además, esto te obligará a no quedarte atrás y mantener en cada sesión de entrenamiento de manera consciente. Es decir, cuando se debe entrenar, se entrena y el esfuerzo siempre valdrá la pena. Porque al final del día, la constancia no entiende de pereza o de lluvia. No te pongas más excusas y conviértete en una mejor versión de ti mismo/a junto con Sharma Climbing.
Es importante destacar la relevancia del descanso y la recuperación, ya que son elementos fundamentales en cualquier rutina de entrenamiento. Al igual que es crucial ser constante con los entrenamientos, también lo es permitir que el cuerpo se recupere adecuadamente para evitar el agotamiento y las lesiones. Dormir bien, mantener una buena hidratación y realizar ejercicios de estiramiento son prácticas que ayudan a mantener el equilibrio físico y mental.
Otro aspecto importante a considerar es la variabilidad en los entrenamientos. Introducir cambios en las rutinas, como variar los ejercicios, las intensidades, y los enfoques, puede mantener la motivación alta y evitar el estancamiento. Además, explorar diferentes tipos de entrenamientos o disciplinas dentro del deporte que se practica, como probar nuevas rutas en la escalada, puede ofrecer nuevos retos y mantener el interés.
Finalmente, es fundamental celebrar los pequeños logros. Reconocer los avances, por mínimos que sean, refuerza la motivación y alimenta la constancia. Cada pequeño paso cuenta en el camino hacia los objetivos más grandes, y esa mentalidad puede hacer la diferencia entre rendirse o seguir adelante.
Conclusión
La constancia en los entrenamientos es clave para alcanzar cualquier meta fitness, pero requiere una combinación de motivación, disciplina, y realismo en la planificación de los objetivos. Al disfrutar del proceso, establecer metas alcanzables, y contar con el apoyo de otros, es posible superar las barreras de la zona de confort y hacer del ejercicio una parte integral de la vida.
Además, es esencial recordar la importancia del descanso, la recuperación, y la variabilidad en los entrenamientos para mantener el cuerpo y la mente en óptimas condiciones. Al final, la constancia es lo que permitirá transformar un deseo en una realidad tangible y duradera, convirtiéndote en la mejor versión de ti mismo/a.


